A veces creamos ilusiones a partir de sentimientos,
ilusiones que sabemos que no se van a convertir en realidad nunca. Jo
particularmente, creí que en la tercera vez que sucedía la misma historia,
podía ir la vencida, pero no fue así. Me hundí en un mar de ilusiones yo misma,
y creí que así podía ser feliz. Pero cuando la puta tormenta llama a la puerta,
no hay nadie que la pare. Cuando te das cuenta de que algo falla, entras en
razón, y empiezas a ver la verdad. Me cree un mundo de falsas
ilusiones yo misma, nadie me hizo falta para creerme mis propias mentiras. Y
cuando allí estaba, justo delante de él, con su mirada encarada junto a mí,
tenía ganas de rozar sus labios, de entrar en el infinito, de cometer el mismo
error, por tercera vez. No pude, supe que en pocos momentos, cuando él se
fuera, cuando cruzara esa puerta, tal vez me arrepintiera de no haberlo hecho,
de no haberle besado. Pero después, tal vez, viera la verdad, y aun fuera
demasiado tarde. Supe que
esta era la última vez, puedo cometer el mismo error una y otra vez, sé que
estoy destinada a hacerlo, pero no quiero hacerlo, quiero formar el futuro, mi
futuro yo misma, con mis manos. No sé lo que nos deparara el futuro, tal
vez pueda volver a ver esos labios junto a mi boca, o tal vez solo me quede el
recuerdo para siempre. Pero eso, ya lo decidirá el futuro.